El hambre en un mundo de abundancia problema de Salud

Uno de los mayores problemas en la población mundial y causa de gran número de enfermedades y mala salud es la desnutrición y el hambre.

Tratando el tema del hambre un factor decisivo es el reparto desigual. El orden económico universal en nuestro mundo globalizado es uno de los motivos que el hambre por gran parte está causado por el hombre. Es sorprendente que también aquellos países sufran de hambre que cumplan todos los requisitos para una producción alimenticia suficiente.

Por ejemplo hay países como Brasil que producen grandes cantidades de alimentos para la exportación o sea la venta al extranjero mientras que una parte de la población padece hambre. Habas de soja cultivadas en Brasil y para cuyas superficies de cultivo se deforesta la selva tropical, por gran parte no sirven para la alimentación de personas sino para la alimentación de reses de matadero en Europa y América del Norte.

Es ahí donde se necesita comida para animales con el fin de producir grandes cantidades de carne para el mercado mundial. Aproximadamente un cuarto de cereales cultivados en el mundo se utiliza para cebar animales destinadas a la consumición de personas. Muchos lo consideran un derroche total, pues sin cría de animales en gran escala y la correspondiente reducción de consumición de carne, considerablemente más personas en el mundo pudieran saciarse.

Alimentos como alternativa a los carburantes fósiles provocan problemas de abastecimiento y subida de precio.

Otra tendencia nueva es el cultivo de maíz para biocarburante. Mientras parte de la población mundial pasa hambre, al mismo tiempo se utiliza alimentos para fines que no parecen ser tan urgentes.

A pesar del progreso técnico en la sociedad moderna, aun falta mucho para quitar el hambre del mundo. Por lo tanto el progreso técnico no es ninguna garantía para hacer desaparecer el hambre. Al contrario emporó por parte la situación de los países pobres en los años pasados debido a dependencias económicas.

A menudo se menciona el argumento de poder luchar contra el hambre mediante ingeniería genética, pero verdad es que se trata de la imposición de intereses económicos de poderosas empresas para controlar de esta manera el mercado eliminando la competencia.

Semillas genéticamente modificadas deben garantizar rendimientos de la cosecha más elevados, pero con eso por un lado se destruye la biodiversidad de las especies y por el otro se expulsa del mercado los productores más pequeños mediante empresas agrarias líderes. Semillas genéticamente modificadas normalmente no se pueden usar para una segunda siembra y esto que los granjeros tradicionalmente retienen parte de su cosecha precisamente para este fin. Por lo tanto desde hace poco tienen que comprar cada año nuevas semillas de grandes empresas que dominan el mercado.

Nuevos caminos y todo el contrario enseña el proyecto iniciado por la Lyoness Greenfinity Foundation en las Filipinas. En cursillos y entrenamientos aprenden alumnos, profesores y padres de una escuela cerca de la ciudad Padre Burgos cómo plantar un jardín biológico incluso elaboración de compost.

Las familias pueden aprovechar los conocimientos adquiridos en sus casas con el fin de mejorar su situación alimenticia. En la fase inicial la fundación Lyoness Greenfinity Foundation dona a las familias las semillas para la plantación del jardín. A largo plazo la explotación será de forma sostenible es decir se aprovecharán cada vez las semillas de la última cosecha. La fundación Greenfinity da especial importancia a una explotación sostenible de los jardines además de que sean completamente biológicos.

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